El cementerio de ibahernando

-Maldito de aquel que no se acuerda de donde viene.
Yo no vengo,no salí, no nací, e incluso puedo pecar afirmando que , ni tan siquiera fui concebido allí.
Pero , creo que le debo algo, no material,algo mas profundo, debería de decir, de afirmar.
Ese pueblo, esa tierra, que un día mis padres,y otros días mis abuelos,y suma y resta,hasta donde mi imaginación, mi conciencia me permite,labraron, sudaron sufrieron,para que este es tupido ser,pudiera ahora, estar aquí, un domingo por la mañana escribir sobre esta fría tablet.
Porque, un poco antes de entrar al pueblo, a la izquierda,pasando la laguna, donde algún pecado inocente de verano cometí, esta ese lugar, sagrado y bendito , donde descansan todas esas almas puras.

-no morimos mientras no caigamos en el olvido.
Cuanta sabiduría popular entraña estas palabras.
No olvidar, no morir....
Mientras esas almas gozan de la merecida e infinita presencia del Gran Dios.
Es lo único que por derecho les corresponde...
Es lo único que podemos, o mejor...debemos hacer por ellos, mientras habitamos este cuerpo mortal,finito.
Porque muchos de ellos un día abandonaron su pueblo, su tierra.
No sin dolor, no sin pena.
Muchos son de esos seres anónimos que hicieron con su sacrificio, algo grande.
Muchos, en silencio, sin saber apenas leer y escribir, escribieron hojas de este país.Aunque alguien pretenda olvidarlo.
Mucho le debemos sus descendientes.
Por el amor incondicional que nos dieron.
Por esos valores , esa sabiduría , sentados entorno a una mesa camilla, nos inculcaron...
Y si un forastero va y entra por esa puerta sin candado

Solo vera leerá nombre y apellidos.
No.
No creo que caiga en la cuenta de las historias que esconden...
No
Es mas, no creo ni que ni tan siquiera sea digno de escucharlas, de conocerlas.
Ese honor queda para los que viven en el pueblo.
Eso queda para nosotros, para los que llevamos mezclados en nuestra sangre, esa tierra, que al llegar al corazón nos hace recordar con orgullo, de quien somos, de donde venimos